Feria de ciencias
- Julio Neira
- 7 may
- 2 Min. de lectura
La ciencia es un camino
Qué alegría y qué inspiración nos dejó la feria de ciencias de este 2025. Su nombre no podría ser más acertado, pues nos invitó a reflexionar sobre la fascinante travesía que ha recorrido el conocimiento científico desde sus inicios hasta nuestros días. Un camino lleno de curiosidad, preguntas y descubrimientos asombrosos.
De manera similar, esta feria fue un viaje para nuestras pequeñas y pequeños; pues partieron de una inquietud, de esa chispa que enciende la mente y nos impulsa a buscar respuestas que, ante la imposibilidad de recurrir a un ser que todo lo sabe, emprendieron un camino de exploración y descubrimiento.
Fue muy bello presenciar cómo las preguntas formuladas por nuestros niños y niñas abarcaban un amplio espectro del saber. Algunas indagaban la literatura, la psicología y los problemas de la filosofía, nutriéndose del poder del razonamiento puro. Otras se adentraban en terrenos más prácticos, pero todas respiraban del espíritu de la ciencia; pues la ciencia no se limita a los laboratorios y los experimentos. Ella reside también en la capacidad de maravillarse ante lo cotidiano, de cuestionar el porqué de las cosas, así como lo hacen un físico teórico o un astrofísico que desentraña los secretos del universo desde su escritorio. Sí, la experimentación es una herramienta muy valiosa, pero la ciencia florece, ante todo, en la mente inquisitiva y en el deseo de comprender el mundo que nos rodea.
Este espacio fue mucho más que una exposición de proyectos; fue un ejercicio de expresión y una oportunidad para que nuestras chicas y chicos compartieran su pasión por el conocimiento; fue un valioso punto de encuentro para nuestra comunidad, donde niñas y niños de diferentes cursos y edades trabajaron en colaboración, aprendieron conjuntamente y compartieron sus hallazgos con toda nuestra comunidad.
Desde lo más profundo de mi corazón, quiero dar un enorme agradecimiento a las verdaderas estrellas de este evento: nuestros niños y niñas. Su curiosidad, su dedicación y su entusiasmo fueron la luz que iluminó este camino científico. Gracias por mostrarnos la belleza de la pregunta y la emoción del descubrimiento.
También doy mi más sincero agradecimiento a los profesores, guías incansables que sembraron la semilla de la curiosidad y acompañaron a nuestra juventud en cada paso de este viaje. A los padres, madres, abuelitos, abuelitas, tíos y tías, por su apoyo incondicional y por alentar el espíritu científico en sus hogares. En definitiva, gracias a cada persona que forma parte de nuestra hermosa comunidad, porque juntos construimos este camino de aprendizaje y asombro.
